Aunque a menudo se asocia con tecnología de vanguardia, la IA está transformando silenciosamente nuestra cotidianidad. ¿Cómo está remodelando la IA nuestro mundo?
22 oct 2024
Renaiss Team
Business
La Inteligencia Artificial ha pasado de ser una idea futurista típica del cine de ciencia-ficción a ser una realidad que interviene en nuestra rutina diaria. La tecnología ha evolucionado radicalmente, desde el famoso test de Alan Turing en los años 50 o la victoria de Deep Blue contra Kaspárov en 1997. Esta evolución nos ha llevado al desarrollo de las redes neuronales transformer, que culminan con la creación de los “Large Language Models” o “LLMs”, responsables del salto tecnológico que ha supuesto la famosa IA Generativa. Hoy en día, la IA impacta nuestras vidas habitualmente en áreas como el transporte, la educación, el entretenimiento, o el trabajo.
En Renaiss somos conscientes de que la IA, al margen de ser una herramienta revolucionaria que puede facilitarnos la vida, ha despertado miedos e inseguridades relacionados con la autonomía y falta de control humano en el funcionamiento de la tecnología —la pérdida de empleos, la invasión de nuestra privacidad o la perpetuación de sesgos, entre otros. Esto sitúa a la sociedad moderna en una encrucijada: ¿estamos ante una tecnología aliada o ante una fuerza que tiene el potencial de exacerbar problemas sociales y generar riesgos que aún ni comprendemos?
A modo de reflexión, a lo largo de este artículo exploraremos las dos caras de la IA: su inmenso potencial para el bien, y las amenazas que plantea. ¿Es la IA un aliado que empoderará a la humanidad, o un enemigo que amenaza nuestro bienestar y seguridad? La respuesta (si la hay) no es sencilla, pero está claro que el futuro dependerá en gran medida de cómo decidamos utilizar y regular la IA. ¡Así que, adentrémonos en esta encrucijada!
La IA: Un Poderoso Aliado
Los beneficios de la IA son incontables, cada vez más y mejores. A pesar del escepticismo y de las preocupaciones mencionadas anteriormente, es bien sabido que la IA es un genial potenciador de las capacidades humanas.
Medicina
Uno de los mejores ejemplos, es cómo la IA está contribuyendo a mejorar la salud y la medicina. Esta es una de las áreas donde la IA ha demostrado ser un “amigo” de valor incalculable. Gracias a su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos, esta tecnología está facilitando la producción de avances significativos en áreas de la medicina como el diagnóstico temprano y la medicina personalizada, ambos casos realmente prometedores. ¿Qué mejor ejemplo hay de una tecnología amiga que aquella que puede salvarte la vida?
El diagnóstico temprano se refiere a la detección de enfermedades en sus etapas más iniciales, lo cual incrementa considerablemente las opciones y efectividad de su tratamiento. La IA ha mejorado la precisión en la detección temprana de enfermedades como, por ejemplo, el cáncer. Un estudio realizado por Nature muestra cómo un algoritmo de IA desarrollado por Google logra superar a los radiólogos en la identificación de cáncer de mama a partir de mamografías, reduciendo los falsos positivos y negativos. Esta identificación prematura —en fases como estas, en las que una enfermedad o complicación no es tan siquiera apreciable para un profesional capacitado, en las que la intervención de la IA puede ser definitiva para la supervivencia y salud de los pacientes.
La medicina personalizada es otra rama que se ve altamente beneficiada. El estado de salud de cada persona parte de un conjunto de variables únicas, tanto genéticas como contextuales, que son difíciles de tomar en consideración en el marco de la medicina tradicional. La capacidad de la IA para analizar datos genéticos y ambientales permite diseñar terapias específicas adaptadas a cada paciente, afectando positivamente sus resultados. Así se demostró en la investigación de la Clínica Modelo Osa, donde la IA transforma la medicina al posibilitar tratamientos individualizados basados en perfiles genéticos, mejorando así su eficacia y minimizando efectos secundarios.
Educación
Esencial también en nuestra sociedad, la educación también es un área en la que la IA está aportando valor. Uno de los principales ejemplos es el desarrollo de plataformas que personalizan el aprendizaje en función de las necesidades y estilos concretos de los estudiantes. Un claro caso de aplicación es la enseñanza personalizada, en la que plataformas como Duolingo o Coursera utilizan algoritmos de IA para adaptar el contenido educativo al progreso individual del alumno.
En el mismo sentido, la democratización del acceso a la educación que supone la IA también está facilitando la oportunidad de comunidades marginadas o con menos recursos de acceder a estos servicios esenciales. En áreas con pocos recursos, plataformas de educación asistida por IA, como Khan Academy, están ayudando a estudiantes a recibir educación de calidad, incluso en ausencia de una infraestructura educativa formal. Según un informe de Brookings Institution, el beneficio es más que notable, ya que estas plataformas ajustan el ritmo y la dificultad del contenido, mejorando significativamente los resultados del aprendizaje a través de la democratización.
Tareas cotidianas
Como no podía faltar, la vida cotidiana es un área que sin duda alguna se beneficia de la IA. Un gran ejemplo son los ampliamente utilizados asistentes virtuales. Herramientas como Google Assistant, Siri o Alexa son ejemplos claros de cómo la IA puede asistirnos en nuestras tareas diarias —desde gestionar calendarios hasta realizar compras, los asistentes virtuales facilitan la vida diaria al automatizar tareas que antes requerían más tiempo y esfuerzo.
La IA también está transformando la industria del transporte, por ejemplo con los famosos automóviles autónomos, que supondrán un punto de inflexión en el sector de la movilidad. Según McKinsey, se espera que la implementación de IA en vehículos reduzca significativamente los accidentes de tráfico al eliminar errores humanos y mejorar la eficiencia en la conducción.
La IA: ¿siempre un aliado?
Como expertos en IA, en Renaiss para explotar el gran avance que supone la IA en la sociedad. No obstante, no es necesario haber visto Black Mirror para darse cuenta de que la IA no es siempre una herramienta inofensiva. La cara oculta de la IA son los riesgos y desafíos que esta tecnología puede traer consigo.
Pérdida de puestos de trabajo
Uno de los impactos más temidos a nivel social es la pérdida de puestos de trabajo que puede conllevar la introducción de la IA en la realización de trabajos con tareas repetitivas —por ejemplo, la manufactura o atención al cliente. Por esta razón, los empleos más vulnerables son aquellos cuyas funciones pueden ser fácilmente automatizadas, como los cajeros o teleoperadores, entre otros. Sin embargo, la automatización también está afectando trabajos más cualificados, ya que la IA destaca especialmente por su capacidad para realizar análisis de datos, contabilidad o incluso diagnósticos médicos.
Esta idea toma protagonismo en estudios como el realizado por el World Economic Forum, donde se estima que, para 2027, el 23% de los empleos cambiará de forma significativa debido a la introducción de nuevas tecnologías. Esto podría traducirse en la creación de 69 millones de nuevos empleos, pero a su vez en la pérdida de 83 millones, resultando en una disminución neta del 2% de los puestos existentes en el mercado laboral global.
Desigualdad económica
Aunque la IA puede contribuir a la generación de ingresos, también podría agravar la desigualdad económica. Esto puede desprenderse del hecho de que en los sectores como la ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas, se podría experimentar un aumento significativo de los salarios debido a la alta demanda de especialistas en tecnología. Sin embargo, los trabajadores cuyos roles están en riesgo de ser sustituidos por la IA podrían enfrentarse a largos periodos de desempleo.
Un informe de McKinsey & Company predice que, para 2030, entre el 25% y el 30% de las horas laborales en países como Estados Unidos podrían ser automatizadas, afectando de manera desproporcionada a los empleos menos cualificados. Los trabajadores que actualmente llevan a cabo dichos empleos requerirían de una costosa reeducación para poder adaptarse a las demandas de un mercado laboral cada vez más orientado hacia la tecnología.
Brecha de capacidades
Como desafío adicional surge la brecha de capacidades, que se refiere a la disparidad entre las habilidades de los trabajadores y aquellas realmente requeridas por la empresa. A medida que la IA automatiza más tareas, cambia el tipo de habilidades necesarias para los trabajos del futuro. Según el World Economic Forum, se estima que casi el 44% de las habilidades que los trabajadores ostentan hoy se volverán obsoletas en los próximos cinco años. Esto contribuye a la desigualdad económica y a la pérdida de puestos de trabajo, a la vez que presenta un desafío para las empresas, que deben cubrir puestos que requieren conocimientos en IA, análisis de datos o programación avanzada.
La IA ética
Desde Renaiss, entendemos que la Inteligencia Artificial presenta además un dilema ético significativo, ya que este poderoso aliado supone también una amenaza a nuestra autonomía. Por este motivo surge la duda —¿se puede encontrar una armonía? A continuación, abordamos los aspectos clave de este dilema:
La pregunta de hasta qué punto la IA debería tomar decisiones por nosotros es gran parte del debate. Aunque la IA puede procesar datos y ofrecer recomendaciones, esta delegación puede llevar a una externalización total de los procesos de decisión e incluso a la desconfianza en el juicio humano tal y como lo conocemos. Empezamos a ver casos como el de este usuario de Reddit, cuya preocupación por el uso que hace su pareja de ChatGPT en sus discusiones se ha hecho viral. Renaiss aboga por una IA al servicio de las personas, como herramienta que complementa —y no reemplaza, la toma de decisiones humanas.
El diseño técnico de la IA es otro factor fundamental que influirá en la ética de un sistema. Fallos estructurales, como podría ser la discriminación intrínseca en algoritmos de contratación, subrayan la necesidad de regulaciones y estándares éticos. Así, comienzan a surgir normativas como la Ley Europea de Inteligencia Artificial, que aseguran que los sistemas de IA sean desarrollados y utilizados con total respeto a los derechos fundamentales. En Renaiss existe un compromiso absoluto con el desarrollo de soluciones legales, éticas y responsables, que pongan a la IA al servicio de las personas y no al contrario.
Para evitar la distorsión de los beneficios de la IA es crucial la colaboración de empresas y gobiernos. Las empresas deben planificar y adoptar una correcta Gobernanza de IA, mientras que el poder legislativo debe asegurarse de que las regulaciones establezcan límites y estándares sin obstaculizar la innovación. Un enfoque colaborativo ayudará a crear un entorno en el que la IA sea una herramienta que respete la autonomía individual y promueva el bienestar social.
Entonces, ¿es la IA, amigo o enemigo?
Si bien cada uno llegará a sus propias conclusiones, la respuesta siempre será condicional: “depende”. Depende de la responsabilidad con la que se desarrollen y utilicen los sistemas de IA, y de que investigadores, desarrolladores, usuarios y reguladores adopten una posición ética y humana. En Renaiss no conocemos el futuro, pero conocemos la industria, y nuestro pronóstico es el siguiente:
Tenemos claro que la IA provocará un cambio en la economía global. De hecho, para 2030, se espera que la IA impulse una transformación económica global de proporciones sin precedentes: según el Foro Mundial Económico la IA podría agregar entre 13 y 15 billones de dólares a la economía mundial, impulsando el crecimiento del PIB de las principales economías del mundo en un 26%.
Sin embargo, este crecimiento no será equitativo. Se prevé que los países desarrollados —que lideran la innovación en IA, reciban hasta el 70% de estos beneficios económicos, mientras que los países en desarrollo podrían quedar rezagados si no adoptan políticas que fomenten la adopción tecnológica.
Es prácticamente un hecho que el mercado laboral sufrirá una polarización, incrementándose la demanda de empleos altamente cualificados, así como de aquellos que requieren habilidades humanas distintivas, como la creatividad o el cuidado. Las empresas que inviertan en la adaptación de sus empleados a roles tecnológicos serán las que tengan mejor pronóstico.
Esta idea se fundamenta en las predicciones del World Economic Forum, que estima que para el 2025 la automatización eliminará 85 millones de empleos en todo el mundo, principalmente en sectores como manufactura, atención al cliente y administración. No obstante, es igual de importante destacar que, al igual que la evolución tecnológica deja obsoletos ciertos puestos de trabajo, también genera otros tantos. En concreto, el World Economic Forum estima que las cifras asciendan a un total de 97 millones de nuevos empleos —en áreas como tecnología, datos y sostenibilidad.
El dilema ético sobre el impacto de la IA seguirá sin solución. A medida que los sistemas de IA se vuelvan más sofisticados, será fundamental que las regulaciones que protejan los derechos humanos evolucionen en consecuencia. Así, podemos esperar un mayor abordaje regulatorio de la IA a nivel global.
En este sentido, la Unión Europea se coloca en cabeza, habiendo aprobado este año la Ley de Inteligencia Artificial, diseñada para identificar el riesgo que diferentes tipos de usos de la IA pueden suponer para la integridad de los derechos fundamentales de las personas, garantizando que las empresas adopten prácticas responsables, y contribuyendo así a aliviar los problemas que los potenciales conflictos mencionados puedan suponer a medio y largo plazo.
En última instancia, el impacto de la IA en nuestras vidas cotidianas será cada vez mayor. Desde asistentes virtuales más sofisticados hasta aplicaciones en robótica o domótica, la IA cambiará la forma en que interactuamos con la tecnología. En Renaiss creemos que esta adopción masiva de la IA en la vida cotidiana desembocará en la creación de ciudades inteligentes, hogares conectados y en una automatización más profunda de nuestras rutinas diarias.
Es un hecho: la IA será cimiento de la evolución tecnológica del futuro. La glorificación o demonización de esta tecnología no será más que el resultado de las decisiones que tomemos en su desarrollo y uso. Con el equilibrio adecuado entre innovación y responsabilidad social, la IA tiene el potencial de transformar tareas, industrias e incluso nuestra calidad de vida. La condición debe ser siempre una implementación estratégica, rasonable y en armonía con las necesidades humanas.
En Renaiss estamos aquí para apoyarte en una transición que es inevitable. Entendemos que cómo se desarrolle esa transición es lo que cuenta, y ofrecemos soluciones de arquitectura de IA desarrolladas de forma responsable y sostenible. Si buscas integrar la IA en tu empresa, contáctanos ahora. ¡Descubre cómo podemos ayudarte a hacer de la IA tu aliado!